17 de diciembre de 2008

Denle al perro...


Por Koestler


¿No ha sentido en ocasiones un deseo incontrolable de golpear a alguien que le causa daño? Los siquiatras aconsejan que no se deben guardar los rencores y que estos deben ser exteriorizados. Es más en algunas empresas se establecieron salones especiales donde los empleados podían ir a golpear sacos de boxeo, con las imágenes de los jefes. Es una sana medida.

Con más veras si se trata de exteriorizar un resentimiento patriótico. Como el del periodista irakí, quien profirió un insulto emblemático en el mundo árabe: tratar a un enemigo de perro. Y le tiró sus zapatos a la cabeza del presidente George Bush, el gran genocida, culpable de la muerte de más de un millón de irakíes. Ah, y de gran parte de la quiebra de la economía mundial. Es decir: ¡todo un criminal! Así le rindan pleitesía.

Pues bien, no demoró mucho para que surgiera en el mundo un juego especial: dele un zapatazo al perro, perdón, a Bush. Que nos disculpen los perros. Si Usted oprime el título de esta nota, se comunica directamente con la página. Es un poco lenta por la gran cantidad de visitantes. Pero vale la pena para el desestrés. Que la gocen.

La dirección es: www.sockandawe.com.



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