18 de octubre de 2008


De lo divino y de lo humano


Hoy sobran las palabras para mostrar como Dios se apiada de nuestro sufrido país y nos envía a su enviado. Las fotos son suficientes. Al fin y al cabo una imagen vale más que mil palabras.



Observen la ternura con que lo hace; el halo de divinidad que lo rodea. Con su manita augusta —no usa el hisopo para arrojar el agua bendita, no lo necesita, ¡qué va!—, con la misma manita con la que maneja diestramente las riendas de sus caballos en el Ubérrimo; con la misma mano divina con la que firma las excensiones tributarias para los grandes 'cacaos' de este país; con la misma con la que presuroso corre a hacerle los mandados a Sarmiento Angulo, en fin, con la misma mano divina con la que ordena atropellar a los pobres, a los desposeídos: de viviendas, tierras, hijos y vidas. 

'Con gusto padre, para que esta obra tenga un acompañamiento divino.'

¡Que Dios nos guarde de tantas bendiciones!



17 de octubre de 2008




OJO PELA'O

No acostumbramos ser alarmistas, pero hay 
cosas que ya nos 'cabrean' a varios. Anda por Lebrija un personaje joven, locuaz y con gran capacidad de convicción, quien supuestamente está contratado por la Administración municipal. 

Llega a los barrios periféricos del pueblo, busca a los jóvenes y los invita a reuniones para ofrecerles el oro y el moro. Eso sí, les advierte que no deben comentar nada en sus casas porque los padres son muy mamones, empiezan a averiguarlo todo y se oponen a la gran oportunidad de su vida.

Al parecer el tal sujeto no tiene nada que ver con la administración municipal. El peligro es que sea un enganchador de muchachos para los famosos "falsos positivos" o para las bandas de narcotraficantes. 

Por favor, avisen a sus amigos y familiares y a que toda la comunidad se pellizque.

15 de octubre de 2008

La templanza

Seguimos publicando la serie de reflexiones del pensador mexicano sobre
las virtudes del gobernante.  Son importantes de analizar.




Las siete virtudes del gobernante (V)

 

T E M P L A N Z A

 

Por Jesús Martínez Álvarez

 

El poder suele perder a quien lo ejerce. Cercado por voces de adulación, alentado por la sensación de que todo lo puede, deslumbrado por las candilejas del escenario político, el gobernante corre el riesgo de perder el rumbo, olvidar su naturaleza falible, llegar a los más extremos excesos y acariciar la certeza de que lo merece todo.

 

De no estar alerta, el gobernante puede destruir con este extravío sus aciertos, sus promesas, sus afectos y hasta sus buenas intenciones. Aunque no todo el que ejerce el poder se marea por las alturas, es un hecho que la mayoría de los que alcanzan una cumbre llega a perder la perspectiva. Y cuando ocurre aparecen las acciones desproporcionadas, las actitudes vanas, los despropósitos, las aberraciones, la soberbia, la ceguera, la intolerancia, las poses de conquistador imbatible, el despotismo, el abuso, la prepotencia, la ligereza, la necedad, la ira…

 

Por ello es absolutamente imprescindible que el gobernante cultive la virtud del equilibrio: la templanza.

 

Sin esta virtud, el gobernante se transformará, para efectos prácticos, en tirano, y deambulará entre la vanidad y el ridículo. Más grave aún, su gobierno será tiempo de frivolidades, de represión, de rezago e injusticia.

 

Cuando el gobernante deja de escuchar, sólo se oye a sí 

mismo; y cuando deja de mirar, sólo a sí mismo se contempla; cuando abandona la prudencia, no hay límite para su precipitación; cuando reclama un sitio en el Olimpo, se aleja de sus deberes terrenales.

 

La historia remota y la reciente ofrecen múltiples ejemplos: Calígula hace senador a su caballo y Bucaram se perdió en exhibiciones de locura; Leónidas Trujillo se compara con Dios y a muchos presidentes de México, el pueblo los identifica de inmediato y la historia lo confirma.

 

Debería existir un registro de todas las transformaciones y de todas las deformaciones que el poder promueve para que ningún pueblo volviera a permitirlas, y para que todos aquellos que aspiran o tienen el poder político recordaran los riegos del exceso.

 

Si todo se redujera a la propia destrucción, con todo y su magnitud seguiría siendo un mal menor. Pero las verdaderas víctimas se cuentan por millones y a veces por generaciones: el poder sin templanza compromete el presente y el futuro. Aun después de años, incluso de décadas, los pueblos siguen padeciendo los estropicios de un poder sin moderación ni brújula.

 

La falta de templanza no cobra una factura pasajera: sus secuelas siguen dañando más allá de cualquier cálculo.

 

Sólo la templanza evita el abuso, la desmesura, el hedonismo, el desenfreno, la indiscreción, la temeridad, el amiguismo, la ligereza, el exceso, y cualquiera de los otros frutos de la intemperancia.

 

Sólo el gobernante que se deja gobernar por la templanza merece el poder. Sólo así el poder se traduce en bien común.

 

Si el gobernante no es capaz por sí mismo de moderar sus apetitos, su sensación de eternidad, su auto fascinación, producirá el desconcierto, tal vez el miedo, la inconformidad social, seguramente el desaliento, la protesta, el retroceso.

 

Como al dinero, con frecuencia se atribuye al poder atributos destructivos, pero, como en el caso del dinero, no es el poder el que destruye sino el excesivo apego a él, lo que conduce al error de creer que el poder es un bien en sí mismo cuando en realidad sólo tiene sentido en la medida en que hace, edifica, crea. El poder sirve para poder hacer, y si está respaldado por valores en la conciencia de quien lo ejerce, cuanto haga será a favor de la sociedad que lo sustenta.

 

Habría que promover, cuando 

menos, la vigencia de dos vertientes para evitar que el poder conduzca a la locura: educar en función de valores de conciencia: verdad, justicia, libertad, y en valores de conducta: templanza, serenidad, responsabilidad, respeto.

 

La otra vertiente es procurar y alentar la formación colectiva de un pueblo alerta, crítico, defensor de sus derechos, y verdadero mandante de sus gobernados.

 

Habrá que evitar el elogio constante y desmedido, y sustituirlo por el reconocimiento justo cuando lo merezcan los actos de gobierno, y por la actitud crítica y demandante cuando las acciones del gobernante se desvíen de la finalidad que le es propia.

 

Para que el gobernante mantenga la templanza será necesario su propio equilibrio interior, erradicar la adulación y la sumisión, y crear una verdadera conciencia social que recuerde que el poder reside en el pueblo y que haga valer todos los días esta condición de la democracia.

 

jema444@gmail.com

www.jesusmartinezalvarez.com.mx




Por Colaborador

Nota: Un lector nuestro envió la siguiente colaboración, que publicamos tal cual, referida a la reestructuración. Consideramos que se trata de una muy esclarecedora situación, que muy bien parece generalizarse en nuestra amada Locombia.




















































































































































































































































































































































































































13 de octubre de 2008








Por Koestler

La reestructuración municipal

Casi todo alcalde triunfante, sin conocer la situación real del municipio, llega a reestructurar. Más aún, si busca retaliaciones contra el anterior burgomaestre o grupo político en el poder. Eso ya forma parte de nuestra cultura política parroquial. ¡Qué le vamos a hacer!

Lo grave es que cuando se trata el asunto con cualquiera de los jefes políticos o comunales del municipio para todos ellos es apenas normal dicha medida para 'meter a los amigos'. Es decir, forma parte del pensamiento político vernáculo local. Se desconoce un aspecto importante: que no se trata de un mecanismo para afianzar grupos políticos sino uno para modernizar y hacer eficiente una labor administrativa.

Objetivos de la reestructuración


Lo deseable de una medida tal es garantizar la eficiencia y la eficacia administrativa,
lo cual implica, de una parte garantizar el logro de los planes de gobierno y brindar una atención oportuna y la satisfacción de las aspiraciones de los ciudadanos del ente territorial. De otra parte, se pretende que mediante ella se logre un uso racional tanto de los recursos humanos como de los financieros del municipio. Las leyes exigen que se garantice la presencia de buenos empleados, y el ingreso de otros igualmente capaces, si ello es necesario.

Eso es lo que pretende la ley. Cuyo objetivo es igualmente combatir el clientelismo
político que tanto daño le ha causado a nuestro país. De la misma manera, la legislación establecida para la estructuración de la carrera administrativa pretende generar condiciones para que sea eficiente respetando los derechos de los funcionarios a la vez que brinda mecanismos idóneos para el acceso de los nuevos. En conclusión, las reestructuraciones deben efectuarse ateniéndose a la normatividad existente al respecto. La violación de la misma conlleva consecuencias disciplinarias y pecuniarias para quienes la violen.


El proceso de reestructuración


Una de las primeras actividades a cargo del jefe del ente público es una selección cuidadosa del equipo a cargo de la reestructuración, que debe tener experiencia y capacidad de asumir responsabilidades en caso de que el municipio —en primer lugar el ordenador del gasto— sea responsabilizado como resultado de una acción mal ejecutada y con violaciones a los derechos de los trabajadores. Porque en estos procesos son responsables tanto el jefe como los asesores y empresas asesoras. Se debe acudir a instituciones de probada idoneidad, como la UIS, Bucaramanga, la Universidad de Antioquia, o, por ejemplo, la Escuela Superior de Administración Pública, que es una entidad oficial.

Un paso importante metodológico es partir del estudio financiero y fiscal del municipio, así como de las funciones que cumple, los logros y deficiencias, los vacíos al respecto y las demás responsabilidades que le asignan la constitución y las leyes. Sin fundamento de esta clase cualquier modificación en la estructura funcional está condenada al fracaso. En otros términos, la organización municipal debe fundarse en consideraciones objetivas y no en los simples deseos del jefe de la administración.


El representante legal toma la decisión y ordena las medidas correspondientes, que pueden ser eliminación de cargos, reasignación de funciones, redistribución de personal o contratación de nuevos funcionarios. Y hasta asignación de nuevos emolumentos, siempre y cuando mejoren las condiciones ya existentes, dentro de los límites establecidos por la ley. En esas decisiones, juiciosas o equivocadas, igual tienen responsabilidad tanto el equipo de asesores como las entidades que brindan las facultades para que se realice o aprueban lo propuesto. En otras palabras, el Concejo Municipal es igualmente responsable por las decisiones que se tomen.

El proceso reestructurativo no finaliza con el decreto de adopción del mismo, sino cuando se cumple el plazo legal para que se puedan tomar otras medidas sin que se considere que han sido violados los derechos de los trabajadores o funcionarios que son cesados o reasignados o reciben estipendios que no se ajustan a sus funciones. Los administradores que pretenden violar las restricciones con contrataciones ficticias o convenios acomodaticios terminan respondiendo financieramente por los montos en que se vea obligada la institución a indemnizar a los funcionarios despedidos. Sobran los ejemplos que atestiguan lo aquí aseverado.

Unas inquietudes finales


Según algunas personas —funcionarios y cercanos a la administración— lo que se pretende es limpiar de personal de la antigua administración para nombrar los de absoluta amistad y confianza. Los del grupo.

Pregunto: ¿Acaso no tienen la obligación de respetar los concursos para ingreso al servicio público que realizó la Función Pública? En otras palabras: ¿No llenarán acaso esos vacíos quienes concursaron en distintos lugares del país y que se sientan con el derecho a acceder a dichos cargos?

Igualmente, según los mismos opinadores, se busca dejar a quienes laboran por contrato para dejarlos en planta.

Pregunto: ¿Acaso al abrir el proceso de selección no tiene que darse paso a quienes han ganado dichos derechos en los concursos para ingresar a la administración pública? En otras palabras, se verán en la obligación de cesar en sus funciones a los amigos que ahora laboran bajo la modalidad de contratos.

En fin, creo que existen muchas inquietudes, y es necesario que se abra un análisis al respecto. Por ejemplo: puesto que ya existe el estudio de la Reestructuración —eso se comenta en los corrillos oficiales— tal vez sería conveniente someterlo al conocimiento de la comunidad administrativa y, dada su función de control político, al Concejo Municipal.

Pregunto: ¿Qué hay de malo en que el estudio de reestructuración, que se hizo con recursos públicos, sea conocido por el Concejo y otros más que se muestren interesados? ¿Acaso en el Concejo existe la preocupación por las consecuencias de las facultades que dan para este fin?

PD. Finalizada esta nota se tuvo noticia de que el Concejo Municipal había aprobado autorizar a la Alcaldesa las facultades para la reestructuración y le asignaron una suma para tal fin. Ello no invalida nuestro análisis, ni exime al Concejo de su responsabilidad política. Y de pronto civil y administrativa.



Mamerías



Por Acidonitrix


Mamerías de acá


¿Qué dijo?


Tomado de Vanguardia Liberal, página 2. “La principal dificultad es no saber cómo llegar a obtener un resultado en la gestión. Por eso es importante que nos explique cómo superar las dificultades y conocer la ley. “ Sonia Serrano Prada. Son las palabras de nuestra Alcaldesa, quien asistió muy puntualita y muy maja a un seminario de capacitación donde los temas incluían aspectos tan importantes como: la reelección de alcaldes. Problema harto importante.

Pero independiente de sus legítimas aspiraciones a ser reelegida dadas sus cualidades y grandes méritos ya obtenidos, lo que si deja es un serio tema de reflexión. A) Que no sabe “cómo llegar a obtener un resultado en su gestión. “ ¿Qué quiso decir con ello? ¿Será que desconoce su pomposo Plan de Desarrollo o tiene claro que sirve para nada?

Pero sigamos con su intervención. B) Cuando pide que “.... nos explique cómo superar las dificultades y conocer la ley”, ¿podemos acaso entender que existe una crítica implícita contra el “mejor asesor del mundo”, porque no le ayuda a superar las dificultades? Porque lo atinente a su desconocimiento de las leyes es de conocimiento público. Tiene un record de ignorancia difícil de superar.


Y ¿qué del Concejo municipal?


Comentan que en la próxima reunión del concejo le aprobarán a la Alcaldesa las facultades para la reestructuración, pero que apenas le autorizarán 200 millones de pesos, o una suma escasamente superior. La duda, y muy justificada, es: ¿Sí ya existe el estudio para la reestructuración, porqué no tiene la Alcaldesa la medio decencia de dárselo a conocer al Concejo Municipal para que le autoricen las facultades, con la convicción de que los de la coalición de todos modos no lo leerían, y que por lo tanto se lo aprobarán? ¿!Tan poco respeto le inspiran los burrejales de la coalisión¡?

¿Acaso creen los concejales que dar las facultades sin conocer los actos que se van a cometer los excusan de culpabilidad por las autorizaciones dadas? ¿Y qué hay del resto de dinero “para inversiones locales” que pide Doña Pólvora?



Mamerías de allá...



Cría cuervos y te sacarán los ojos. . .



Lo que sucede en la campaña política de los Estados Unidos de Norteamérica es muy diciente. Los republicanos, empeñados en mantener el dominio y garantizar una hecatombe a nivel mundial, para garantizar la victoria electoral de su senecto halcón, John MacCain, no han vacilado en acudir a la mentira y las calumnias.

Pero como el juego ha tomado un cariz harto inconveniente, hasta el mismo MacCain ha intentado desmentir algunas mentiras y calumnias. Por lo cual ha sido repudiado y abucheado —en manifestaciones suyas— por sus mismos seguidores, que desean continuar con el mismo cuento. Prefieren seguir repitiéndo imbecilidades a reconocer la verdad. Si por allá llueve.... ¿por acá si escampa?



¿Las maravillas de la empresa privada.... ?


La actual crisis económica es una pequeña muestra de las “maravillas” de la empresa privada. Y de las consecuencias de eliminarle al Estado la condición de regulador de la economía. Ahora sí, en todo el mundo, acuden a los Estados, para que con los dineros de los contribuyentes los saquen de las crisis y luego les devuelvan sus “honorables empresas”.

Aquí, en Bolombia, las privatizaciones siguen al orden del día.... con el benplácito de nosotros los de a pie, que no pensamos en nada, sino que repetimos como loros: ¡Otra reelección! ¡Más de lo mismo! Claro que ya no queda casi nada que vender, pues mucho lo regalaron.

Y ni modo. Ya lo único que nos queda es ¡quejarnos ante el mono de la pila!