13 de agosto de 2010

Santos: el maquillador...




Por Koestler


En Colombia todos, o casi todos, andan de plácemes con las designaciones del equipo de gobierno de Santos. Hasta los antisantistas son ahora sus acólitos conversos y entusiastas.

Pero, en verdad, en el fondo nada ha cambiado. Sus propuestas y equipo de trabajo son profundamente neoliberales: seguridad inversionista, exenciones tributarias para los ricos, ampliación de la base tributaria, eliminación de la seguridad social a los trabajadores, continuidad del negocio de la salud, “seguridad democrática”, etcétera.

Más pronto que tarde se verá que los cambios apenas sirven para disfrazar el continuismo de las políticas antisociales de Uribe Vélez. Obvio, con algunos cambios de estilo, pues el presidente actual no se caracteriza por la chabacanería arrieril del saliente presidente. En esto si habrá, y espero que por mucho tiempo, un aire renovador. Pues Uribe nos tenía mamados de su lenguaje barriobajero y actitudes lumpenescas, tan de moda hoy en el país.

Nota: en los acuerdos con Venezuela, que tanto preocupan a algunos plumíferos en lo atinente a la deuda con “empresarios colombianos” no se debe olvidar un “pequeño detalle”: que nuestros bandidos se aprovecharon de la generosidad del vecino para estafar al pueblo hermano.

Un ejemplo al canto: la venta de carne en canal y en pie, fue un gran negocio en el que los paramilitares (ahora eufemísticamente llamados Bacrim) se aprovecharon para sacar gran cantidad del ganado que habían robado, y, en compañía con corruptos militares y políticos de Venezuela, fingieron exportaciones cuando sólo retornaban y reintroducían el mismo ganado varias veces.


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