19 de noviembre de 2010

Brasil: el coloso que llega...


Nota: por considerarlo de gran importancia geopolítica, hemos venido dando publicación a publicaciones que el analista Isaac Bigio envía desde Londres. Continuaremos con dicha actividad dada la utilidad para la formación de nuestros conciudadanos, en especial la juventud estudiosa del municipio, y de otras partes del país.

ANALISIS GLOBAL

Isaac Bigio
19 - Noviembre-2010

2 ½ de 5: ¿Hispano-brasilización del mundo?

Para el 2050 se estima que la mitad de las 5 mayores economías del mundo serían luso-hispánicas, pues Brasil y México entrarían en ese bloque mientras para entonces EEUU sería un país más bilingüe de lo que hoy es el Canadá



Mapas de Brasil y EEUU. El segundo solo aventaja al primero en territorio si se le agrega Alaska. Para el 2050 se estima que Brasil podría tener el mismo ingreso por habitante que hoy tiene EEUU, el cual, para entonces, tendría un porcentaje de población hispana mayor que la que hoy posee la bilingüe anglo-latina Canadá. En 4 décadas Brasil y México económicamente se ‘americanizarían’ mientras que EEUU social y culturalmente se latino-americanizaría.

Hoy en día la mitad de Occidente y un sexto de los miembros de Naciones Unidas hablan español o portugués (lenguas hermanas que se entienden entre sí). Sin embargo, no hay un solo país iberoamericano que sea uno de los 5 miembros plenos del Consejo de Seguridad de la ONU, que esté en el Grupo de las 8 súper-potencias (G8) o en el de las 8 mayores economías del planeta.

Empero, esa situación va a ir cambiando. En pocos años se estima que el Consejo de Seguridad duplique su número de integrantes permanentes, haciendo que Brasil entre como uno de sus 5 ó 6 nuevos plenos.

Según Goldman Sachs en el 2,050 los 5 países que tendrían la mayor producción del planeta serían, en este orden, China, EEUU, India, Brasil y México. De esta manera la India y la república de habla lusa y la de habla castellana más pobladas terminarían por sacar del grupo de las 5 economías más grandes que hoy hay a Japón, Alemania y Reino Unido, 3 países que tienen, en relación a ellos, menos área, gente y recursos naturales.

En 4 décadas EEUU sufriría una significativa transformación. De ser hoy una potencia monolingüe cuya economía es superior a la suma de sus 3 competidores inmediatas, pasaría a tener una producción que equivalga a la mitad de la de China, mientras que al menos un cuarto de sus habitantes serían hispanos. La población latina de EEUU, que en 1950 apenas bordeaba el 1% de la mega-potencia, se habría multiplicado más de 25 veces en un siglo.

Para el 2,050 California (el Estado más rico de EEUU, cuya economía es hoy la octava del mundo) tendría una población que en su mayoría absoluta sería hispana, tal como esta región lo era antes de que Washington se la hubiese arrebatado a México en la guerra de 1846-48.

Quienes nacen en esta década verán cuando empiecen a ser padres de familia un fenómeno de latino americanización de los EEUU. Por un lado Washington habrá perdido su sitial mientras que varios de sus Estados serán más latino hablantes que anglo-parlantes. EEUU se habría visto se obligado a transformarse en un Estado bilingüe, tal y cual lo es hoy Canadá.

Igualmente tendremos un proceso de latino-americanización del mundo, pues la principal competencia a EEUU en Occidente ya no sería de Europa sino de su actual ‘patio trasero’, mientras que México y Brasil se basarán en la herencia de la lengua y de la cultura que antes sembró España y Portugal para acrecentar sus mercados e influencias. Así de las 5 potencias económicas del globo Iberoamérica tendría a 2 de ellas más la mitad del bilingüe EEUU.


La Canadá del Sur



Canadá es el Estado más nórdico y extenso de las Américas. Pese a ser la segunda nación en área del planeta sólo tiene fronteras con una única nación: los EE.UU.

Con este último tiene una relación contradictoria. Ambos son los dos mayores países con población de lengua materna inglesa y también los únicos 2 miembros americanos del Grupo de las 7 potencias (G7). Sin embargo, Canadá es políticamente conservadora (no es república como EE.UU. y su jefa de Estado sigue siendo la reina británica, la misma que tiene la posibilidad de vetar o remover a su gobierno), pero tiene una seguridad social y un sistema de salud estatales y una baja tasa de criminalidad que muchos estadounidenses la ven como un modelo avanzado a conseguir.

Pese a que EE.UU. da al Caribe y Canadá da al Ártico, en diversas oportunidades la diplomacia canadiense se ha sentido más ligada a las zonas tropicales de su hemisferio. Canadá es, al mismo tiempo, la nación anglosajona y también latina más grande del mundo. Allí reside la población de idioma madre francés más grande fuera de Francia.

La diplomacia canadiense siempre ha mostrado cierta autonomía, aunque nunca una marcada hostilidad, ante EE.UU. Cuba es un ejemplo de ello. En cierta manera ha sido un puente entre la América anglófona y la latina.

Sin embargo, a medida que Canadá tiene un gobierno más cercano al que Bush hizo antes en Washington, el vacío que genera la ausencia de un gran contrapeso a EE.UU. en el hemisferio tiende a ser llenado por el Estado americano que les sigue a ambos en tamaño: Brasil.

Este se ha convertido en lo que el profesor James Dunkerley caracteriza como el nuevo "Canadá del Sur". Con Dilma como presidenta Brasil va a acentuar esas características.

Hoy Brasilia tiene una diplomacia que colabora con la de Washington, pero que también choca con ésta. Lula se demarcó de Bush y Obama logrando que Cuba doblegue el bloqueo y vetando el reconocimiento internacional del presidente hondureño Lobo. No obstante, no ha seguido la política de confrontación "antiimperialista" patrocinada por Caracas y el ALBA.

Brasil ha llegado aún más lejos que Canadá en cuanto a su propia independencia diplomática. Ha sido la principal fuerza militar en Haití, viene rearmándose con equipos franceses (incluyendo un submarino con capacidad nuclear) con vistas a fabricar los suyos propios, ha tendido puentes a Irán, pese al veto de la Casa Blanca, y ha creado en torno a sí dos bloques subcontinentales (Mercosur y Unasur) que siguen una orientación económica y diplomática diferente a la del consenso de Washington.

Continuará....

18 de noviembre de 2010

La anacrónica educación secundaria

NOTA: Sobran los comentarios sobre aspectos educativos nacionales. Todos, todos, somos y hemos sido víctimas de un sistema educativo mediocre y 'bestializador'. Invitamos a nuestros lectores a comentar este aporte de Klaus Ziegler. Y ahora: buen viento y buena mar.

Opinión| 17 Nov 2010, Tomado de elespectador.com



Por: Klaus Ziegler

El bachillerato en Colombia luce tan anacrónico y envejecido como su equivalente en Alemania, incluyendo los programas curriculares de los Gimnasios.


“Es poco menos que un milagro que los modernos métodos de instrucción no hayan estrangulado la santa curiosidad de la pregunta”, señaló alguna vez Albert Einstein refiriéndose a la educación secundaria. Y hace más de cuatro siglos Miguel de Montaigne había escrito: “En las escuelas se enseñan muchas cosas pero no se aprende a pensar ni a hacer”. Lo que resulta increíble es que estas apreciaciones no hayan perdido vigencia: el bachiller actual, como el de antaño, se ve forzado a acumular información sin verse motivado a comprenderla o digerirla.
Los programas de secundaria en Colombia parecen haberse quedado en los albores del siglo XX, una época en que el bachillerato representaba el máximo nivel de educación alcanzable para la mayoría. Ante las escasas oportunidades de seguir una carrera profesional, era apenas comprensible que los educadores se vieran en la obligación de formar bachilleres eruditos. Se hacía necesario aprender latín, griego, gramática, literatura, geografía, historia, biología, física, química, matemáticas, fisiología, anatomía..., aunque solo fuese arañando la superficie de cada tema. Un siglo después se sigue insistiendo en que el alumno absorba un formidable volumen de información, perecedero e intrascendente en su conjunto, que lejos de estimular la curiosidad, sí consigue arruinar el poco interés de los jóvenes por las ciencias y el conocimiento.
Para dar un ejemplo, es razonable enseñar anatomía humana dentro del programa de ciencias naturales. Pero otro asunto es pretender que el alumno memorice los nombres de cada uno de los doscientos y más huesos del esqueleto, incluyendo una descripción completa y minuciosa de los pequeños huesecillos del oído, sin dejar de lado detalles como “la articulación incudoestapedial” o “el manubrio del martillo”. Y lo peor es que este conocimiento con frecuencia se imparte sin hacer referencia a un esqueleto real, o en su defecto a una réplica plástica, lo que hace de este aprendizaje un ejercicio inútil, similar a memorizar varias páginas de un directorio telefónico. Y como todo conocimiento inconexo es efímero, este mar de información acaba por ahogar al pobre pupilo que al final es incapaz de distinguir entre el húmero y el fémur.
Podría pensarse que esta forma de educar hace parte del paleozoico inferior, hasta que se descubre que un gran número de fósiles vivientes similares perduran intactos en la educación secundaria. Uno de estos “celacantos” es la manera como todavía se enseña la gramática. El estudiante aplicado, aunque incapaz de redactar una nota de clase sin cometer dos o tres errores de sintaxis en un solo párrafo, es capaz, no obstante, de repetir todos los tipos de adverbios: de lugar, tiempo, negación, afirmación, cantidad, duda… O conocer de memoria las distintas conjunciones: propias, impropias, correlativas, copulativas, adversativas...
El programa de matemáticas es otro de los terrenos tan rico en fósiles como el esquisto de Burgess. Desde la primaria hasta la universidad, el estudio de las matemáticas se limita a repetir algoritmos en los que se premia la precisión y destreza en los cálculos por encima de la comprensión. Si no fuese por la inercia cultural y el recelo de algunas almas conservadoras, el buen uso de la calculadora ya habría enterrado prácticas inútiles, como insistir en que los niños hagan extensas y laboriosas divisiones a mano; o que se enseñe a sumar fracciones hallando el mínimo común múltiplo de los denominadores; o que se haga énfasis en la práctica de operaciones obsoletas como racionalizar fracciones.
Si bien es necesario que el estudiante conozca las tablas de multiplicar, y sea capaz de realizar operaciones sencillas, vetar el uso de la calculadora o el computador en el aula de clase significa desperdiciar las ventajas de una tecnología que permitiría obviar los tediosos e interminables cálculos que ocupan el grueso de los cursos de física y química, y desaprovechar el valioso espacio que se liberaría para la discusión y profundización de los conceptos fundamentales. Es importante familiarizar desde temprano al estudiante con software como Cabri, Derive, Maple o Math Lab. Estos “paquetes” permiten enseñar los conceptos de la geometría y el cálculo de manera visual, y proveen un laboratorio virtual en que los alumnos pueden descubrir por sí mismos fenómenos interesantes, y hasta realizar sus propias conjeturas.
Y así como hay laboratorio para las ciencias naturales, debería contarse con otro para la escritura. En lugar de aprender de manera desligada y en abstracto decenas de reglas gramaticales, la interiorización de estas nociones debería hacerse en forma activa mediante pequeños ensayos literarios en los que el alumno se viera obligado a desarrollar o sintetizar una idea en forma lógica, completa, y utilizando una sintaxis correcta. El ejercicio repetido durante años dejaría en el estudiante un conocimiento más útil y perdurable que toda la abultada e inútil taxonomía gramatical que todavía se enseña.
Tiene razón Mario Bunge al afirmar que la escuela no debe limitarse a informar, ni siquiera a transmitir conocimientos verdaderos o útiles: “La escuela debiera formar cerebros”. El aprendizaje debe ser ante todo un proceso activo, de comprensión, asociación y construcción. Esto obliga a que el bachillerato incluya asignaturas orientadas a ejercitar el razonamiento. Cursos en que se enseñe a sacar inferencias y resolver problemas; a razonar con rigor; a reconocer y evitar los errores y falacias más comunes; a estimular el escepticismo y la crítica, y a desarrollar las destrezas cognitivas necesarias para enfrentar los desafíos de un mundo que se hace cada vez más complejo y exigente.

17 de noviembre de 2010

Los 100 días de Santos


Por: Pedro Medellín 15 de Noviembre del 2010

TOMADO DE: WWW.eltiempo.com

Pedro Medellín

La alta aceptación de la gestión de Juan Manuel Santos en sus primeros 100 días de gobierno, tienen su razón de ser

'El país está sorprendido con Santos', tituló EL TIEMPO en la apertura de su edición dominical. Y esa parece ser la percepción generalizada. O, por lo menos, es lo que reflejan los elevados niveles de aceptación de la gestión presidencial de Juan Manuel Santos, que, en los primeros cien días de gobierno, superan los mejores registros obtenidos por su antecesor, Álvaro Uribe, no solo en el mismo periodo, sino en sus ocho años de presidencia.

Pero la sorpresa no proviene del hecho de que Santos haya puesto en marcha el más ambicioso plan de desarrollo; tampoco, de haber dado el golpe que terminó con la vida del 'Mono Jojoy' (en ese momento, su popularidad ya estaba cercana al 80 por ciento); ni siquiera por las diferencias con Uribe cuando se esperaba continuidad.

En los primeros 100 días de gobierno, la sorpresa proviene -más bien- de un conjunto de hechos políticos, provocado por las decisiones del nuevo Presidente. Primero, fue la conformación de un gabinete de ministros con peso político, alto perfil técnico y autonomía de vuelo; luego, la decisión de reunirse con las cortes y el anuncio de que ningún funcionario del Gobierno cuestionará los fallos judiciales; después, la formalización del acuerdo partidista de la Unidad Nacional, y, finalmente, el restablecimiento de las relaciones con los países vecinos, con los que logró acuerdos de cooperación. Estos hechos no deberían sorprender a nadie. ¿Acaso no se debe esperar que un Presidente nombre un buen equipo de ministros? ¿No es normal que respete la independencia de poderes? ¿Que busque un acuerdo que le garantice la gobernabilidad? ¿O que tenga buenas relaciones con sus vecinos?

En una democracia normal, es lo mínimo que se le pide a un gobernante. Pero en Colombia, no. La razón es simple: en los últimos 8 años se bajaron los estándares de exigencia. El país se acostumbró a una anomalía política e institucional en la que el poder personal del Presidente (y su familia) está en todas partes, decide todo y sus peleas se tramitan institucionalmente.

Esas anomalías que heredó Santos son de tal magnitud, que el solo hecho de tomar estas decisiones ya implicaba un cambio sustantivo: el de restablecer la institucionalidad política en el ejercicio de gobierno, en los partidos políticos y en las relaciones con los demás poderes públicos.

La integración de un gabinete de ministros (independiente de Uribe), además de sacar la gestión gubernamental de la Casa de Nariño (y devolverles el peso institucional a los ministerios), marcó una distancia fuerte de Santos frente a los partidos políticos. Los ministros son del Presidente. Tienen una adscripción partidista, pero lo representan a él y a nadie más. En las relaciones con los demás poderes, Santos ha sabido mantener un juego de reinstitucionalización política. Y con relación a los partidos políticos, el tratamiento que les ha dado es el de miembros de una coalición que apoya al Gobierno, pero que no gobierna.

Esas determinaciones marcarían lo que hasta ahora va siendo un gobierno que ha tenido la sensibilidad para tomarlas en el momento justo. La decisión de intervenir entidades controladas o interferidas por grupos mafiosos o paramilitares es consistente con el cambio de la terna de candidatos a Fiscal General de la Nación. Santos no solo supo entender la inviabilidad de la terna de Uribe en la Corte, sino también los problemas de legitimidad que tendría un Fiscal General escogido de una terna uribista para enfrentar las ollas de corrupción de esa administración que se han destapado.

Desde el punto de vista de las políticas, apenas el Gobierno está marcando el terreno. Son 100 días de hechos políticos, pero no de políticas públicas. Habrá que esperar a que ponga esas cartas sobre la mesa. Van a ser las que de veras definan el futuro del país.



16 de noviembre de 2010

El Machín: erupción 'la macha'



El Machín: erupción 'la macha'

Por: Andrés Hurtado García 15 de Noviembre del 2010

Andrés Hurtado García

El volcán Machín es la más terrible amenaza de Colombia. Lo dicen Ingeominas y la vulcanóloga Martha Lucía Calvache


Visité por primera vez el volcán Machín en el año de 1978; hace, pues, 32 años, y lo hice en compañía, entre otros, de Hugo Gallego Arbeláez. Lo llamamos el volcancito y nos reíamos porque de macho no tenía nada. Entre otras cosas, casi no lo encontramos.

Fuimos por la carretera que une a Ibagué con Salento (Quindío) y que sigue en grandes líneas el camino real que transitaron Humboldt y Bolívar y que pasa por la entonces famosa fonda de El Toche. Ese camino real ascendía por la Cordillera Central y la coronaba en el sitio denominado La Ceja, exactamente al norte del paso de La Línea. En La Ceja se encuentran los tal vez más grandes, bellos y tupidos bosques de palma de cera del Quindío, nuestro árbol nacional.

Esta carretera, que está en muy mal estado, sería la alterna para cuando la principal, la que recorre Ibagué-Cajamarca-Calarcá-Armenia, se inutilice temporalmente por cualquier causa. Y digo que casi no encontramos el tal Machín. Hicimos tres intentos desde la carretera subiendo a ciegas por entre un bosque tupido para tratar de dar con el cráter. En el tercer intento, lo logramos. El tal volcán nos daba risa; era un espacio tan grande como una cancha de baloncesto, en una loma bastante pendiente; allí, en medio de la vegetación, había unas fumarolas que vomitaban vapores inocentes; quiero decir que eran blancos y no tenían el típico olor de los huevos podridos, o sea, del ácido sulfhídrico.

Regresamos de esa excursión un tanto decepcionados del tal Machín; eso no era un volcán, sino unas cuantas fumarolas despistadas y decíamos que eran respiraderos lejanos del volcán nevado del Tolima.

Regresé al mismo sitio, al final de la década de los 90, en compañía de Wilfredo Garzón y Luis Alfonso Avellaneda, entre otros. Y encontramos lo mismo. Esta vez llegamos más rápidamente a las tales fumarolas. Ahora, año 2010, resulta que el volcancito no es para reírse, sino la más terrible amenaza volcánica de Colombia, y lo dicen Ingeominas y la prestigiosa Martha Lucía Calvache, vulcanóloga del mismo instituto.

Nosotros creíamos que el cráter eran esas inocentes fumarolas. Y no es así. Sucede que la lomita donde las encontramos es uno de los domos que se levantan exactamente en la mitad del cráter, que tiene 2,4 kilómetros de anchura y dentro del cual hay en la actualidad varias fincas. Es un cráter verde, fértil y cultivado.

Néstor Jaime Ocampo Giraldo, de la Fundación Cosmos, de Calarcá, se ha preocupado por alertar a los colombianos sobre el inmenso peligro que representa este 'volcancito' de mis andanzas. Me ha llegado un informe suyo, del que utilizo algunos datos. El volcán Machín tiene dos maneras de hacer erupción y una de ellas es externa. Copio textualmente: "Afectaría la falla de San Andrés, que recorre todo Colombia Y EN CONSECUENCIA ACABARÍA MEDIO PAÍS CON UN TERREMOTO". Así de sencillo. Tanto la Fundación Cosmos como Ingeominas están preocupados porque ni el Gobierno ni los colombianos han prestado la atención debida a este volcán, en materia de prevención y preparación para un posible desastre de esas apocalípticas proporciones.

Tal como advierten los informes sobre el Machín, los estudios realizados son muy serios y la erupción sería de efectos catastróficos, como para no tenerlos en cuenta y no preocuparse. En mi próximo artículo volveré sobre el mismo tema para ilustrar y preocupar seriamente, sin infundir pánico. Otro tipo de erupción sería el externo, igualmente desastroso. El asunto es de máxima importancia.


Tomado de Eltiempo.com